Carlos Osorio Lopez – MD.
En el contexto actual de la cirugía plástica, estética y reconstructiva, donde la personalización del cuidado y la seguridad del paciente se han convertido en estándares clínicos ineludibles, la medicina de precisión emerge como un aliado estratégico en la fase más crítica del proceso quirúrgico: el periodo peri y postoperatorio.
Uno de los avances más disruptivos en esta línea es la implementación de biomarcadores digitales mediante dispositivos portátiles, como relojes inteligentes, parches con sensores y textiles biométricos, que permiten un seguimiento continuo y no invasivo del estado fisiológico del paciente. Estos dispositivos registran parámetros clave como temperatura cutánea, frecuencia cardíaca, presencia de edema, movilidad funcional e incluso patrones respiratorios, enviando la información en tiempo real a plataformas clínicas supervisadas.
La verdadera innovación radica en la interpretación de estos datos mediante modelos de inteligencia artificial (IA), capaces de identificar desviaciones sutiles que preceden a complicaciones postoperatorias, tales como infecciones de sitio quirúrgico, trombosis venosa profunda o retención de líquidos. A través de esta lectura anticipada, se activa un modelo de intervención temprana que reduce significativamente el riesgo de reingreso, acelera la recuperación y mejora los resultados funcionales y estéticos del procedimiento.
En cirugía plástica, donde el resultado final depende no solo del acto quirúrgico sino del adecuado proceso de cicatrización, estos sistemas ofrecen una herramienta objetiva y continua de evaluación postquirúrgica, permitiendo tomar decisiones clínicas más precisas y oportunas. De igual manera, contribuyen a estandarizar los seguimientos y brindar a los pacientes una experiencia de cuidado extendido que fortalece la confianza en el equipo tratante.
El uso de biomarcadores digitales también transforma el modelo operativo de las clínicas y consultorios. Facilita la implementación de protocolos de alta temprana segura, habilita esquemas híbridos de seguimiento presencial y remoto, y permite documentar con mayor fidelidad los resultados clínicos para fines científicos, legales y de mejora continua.
Sin embargo, estos avances exigen un marco normativo claro, una infraestructura interoperable y una formación continua del talento humano en el uso ético y clínicamente pertinente de estas tecnologías. ASOCLICPER, como ente aglutinador de conocimiento y buenas prácticas, promueve una adopción responsable de la innovación digital, que respete la autonomía del paciente, garantice la calidad asistencial y eleve el estándar nacional de la cirugía plástica.
Así, el monitoreo remoto con inteligencia artificial no solo representa un avance tecnológico: es una evolución del acto médico, donde la ciencia, la sensibilidad estética y el cuidado personalizado convergen para redefinir el futuro del postoperatorio en cirugía plástica.